¿Mi otra mitad o mi mitad de la noche?
En el momento en que todo gira en torno del deseo visual combinado con la química instantánea, el idilio acaba siendo breve. Demasiado fugaz. Tal cual esos microondas de hotel, que apenas dan calor al instante, pero se dañan pronto. Iniciar algo centrado en el físico, es parecido a apostarle al aparato del cuarto, funciona al instante, sin emba